Mundimaroc

Marrakech

Mucho antes que los almohades arrebataran la ciudad a los almorávides, y antes que estos llegarán, las caravanas del desierto ya pasaban por aquí.

Marrakech tiene algo que siempre ha cautivado a grandes personajes de todas las épocas. Aún hoy día esta ciudad ofrece un amplio abanico de posibilidades además de un impresionante nivel de restauración.

  • Madraza Ali Ben Youssef, este centro de enseñanza Coránico fue fundado en el siglo XIV por los Merinídes. Fue considerada la más grande del Norte de África y aún hoy de las más esplendidas. Nada más entrar impresiona las ventanas decoradas con mashrabiya y las cúpulas talladas sobre madera de cedro del Atlas. El patio tiene un fascinante mosaico de Zellij (estilo marroquí), arcos de estuco con letras cúficas de Israel acabadas en hojas y un carísimo mihrab curvado del mármol.
  • Palacio el-Badi, “Sidi”, el hombre respondió, “esto será una bella ruina”. Esta fue la opinión del bufón de Ahmed el Mansour, cuando le preguntó sobre el nuevo palacio. Y no se equivocó ya que el palacio fue saqueado 70 años más tarde. Hoy resulta difícil imaginar como de esplendoroso fue. Lo que se puede apreciar es el ceremonial del complejo. El gran patio central está dividido por cuatro jardines a desnivel y piscinas que a su vez separan esos jardines en secciones. Otras cuatro piscinas en cada esquina funcionan como sistema de riego.
  • El Palacio de la Bahia, durante 14 años los mejores artesanos de marruecos trabajaron para construirla, La Bahia (la preciosa). Esta obra maestra tiene una decoración de suelo a techo. El patio & salas de honor con sus techos de madera pintada y tallada siguen consiguiendo el efecto cautivador y embelesador se en su origen se perseguía. También es posible ver el Harén que un día albergó a 24 concubinas y 4 esposas. Los más espectaculares son los de Lalla Ziineb, su favorita. En 1911, La Bahia fue utilizada como sede general del Protectorado francés.
  • La Mezquita de la Koutoubia, vigilando la Plaza Djemaa El Fna, su minarete se eleva como el más alto de Marrakech, y uno de las símbolos más famosos de la ciudad. Construida durante el reino del Sultan Yacub al Mansour, fue una fuerte influencia para futuras torres en Marruecos y en el arquitectura en general. Su minarte de 70 metros de alto es un punto de refrenncia internacional. Sirvió de inspiración de la Giralda de Sevilla y la Tour Hassan en Rabat.

    Excavaciones han confirmado una antigua legenda. La mezquita original construida por los almorávides no estaba alineada adecuadamente con la Meca, por lo que los almohades la nivelaron para construir una correctamente.
  • Las tumbas Saadianas, ocultas y olvidadas hasta 1917, se ha asegurado su preservación y desde entonces han sido completamente restauradas hasta conseguir su gloria original. El primer mausoleo, al entrar a la izquierda, es el más impresionante: techo abovedado, fino tallado y bellísimos zellij recuerdan a la Alhambra de Granada.El segundo mausoleo es más viejo y menos impresionante. En los jardines, se encuentran más de 100 tumbas que contienen príncipes, mujeres y cancilleres de la familia real. Incluyendo consejeros Judíos de confianza.
  • Plaza Djemaa El-Fna, es la plaza principal de Marrakech y un “teatro al aire libre” cuyo espectáculo no te querrás perder. Encantadores de serpientes, artistas de henna, aguadores con la esperanza de animar alguien a beber. El show no llega a su punto álgido hasta el atardecer, más de un centenar de cocineros montan sus parrillas y tenderetes, los músicos afinan sus instrumentos, mucho más que disfrutar.

    Es un show barato, aclamado por la crítica. La plaza fue declarada Obra Maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad por revivir cada noche las leyendas urbanas y la historia oral.
  • Jardin de la Majorelle, el regalo de Yves Saint Laurent a Marrakech. Estos jardines se comenzaron a cultivar en 1924. Hoy día es un espejismo psicodélico de unas 300 especies de plantas de los 5 continentes. Según sus deseos, las cenizas de Yves Saint Laurent fueron rociadas en el jardín después de su muerte.
  • Valle de Ourika, es el más accesible de las valle desde Marrakech y ofrece un lugar para relajarse. A unos 45 minutos en coche desde Marrakech, este lugar es famoso por sus 7 cascadas en Setti Fatma. Es un lugar exuberante con verdes campos a los lados del río, que contrastan fuertemente con los valles rocosos de la montaña. Allí se pueden visitar familias bereberes, conocer sus estilos de vida y disfrutar de su hospitalidad.
  • Cascadas de Ouzoud, unos 167 km noreste de Marrakech y a un mundo de distancia del calor de la ciudad encontramos una de las más populares escapadas de Marrakech, incluso para los locales. El rio Ouzoud tiene una caída de 110 metros de altura y un casi permanente arcoíris. Las cascadas son aún más espectaculares entre Marzo y Junio, cuando hay más agua. La mayoría de cafés que flanquean la orilla de las cascadas ofrecen menús baratos.

    Hay dos baños portátiles y contenedores de basura instalados para mantener la zona limpia. Siempre se puede ayudar a conservar este precioso lugar utilizándolos.