Mundimaroc

Meknes

Es la más modesta de entre las ciudades imperiales, De hecho, Meknes recibe menos visitantes de los que en realidad merece, ya que su presencia queda ensombrecida por su proximidad con Fez. Más tranquila y pequeña que su grandiosa vecina, es también menos estresante y de menos tráfico. Aún así, la medina posee serpenteantes callejuelas y grandiosos edificios que un día alojaron a Sultanes.

  • Bab al-Mansour, situada en la plaza el-Hedim acapara toda la atención de los visitantes. Bab al-Mansour es la más impresionante de todas las puertas imperiales de Marruecos. Continúa estando muy bien conservada con inscripciones en la parte superior. Fue finalizada por el hijo de Moulay Ismail, Moulay Abdallah, en 1732. Nos es posible entrar directamente, sino que hay que conformarse con una pequeña puerta a la izquierda.
  • Koubbat as-Sufara, al sur de Bab al-Mansour no encontramos con el mechouar (plaza de armas), ahora conocida como Place Lalla Aouda, donde Moulay Ismail inspeccionó su afamada Guardia Negra. Después de traer 16.000 esclavos del África subsahariana, garantizó la continuidad de sus unidades de élite proporcionando a los soldados, mujeres y el aumento de sus descendencias a cambio de servir a la guardia. En el momento de la muerte de Moulay Ismail, la Guardia Negra se había expandido por 10. Sus éxitos fueron muchos, empezando por sofocar rebeliones internas, a perseguir a las potencias europeas fuera del norte de Marruecos y la eliminación de la amenaza otomana Turk desde Argelia.
    Siguiendo la carretera hacia la derecha, se encuentra una extensa explanada y un pequeño edificio, el Koubbat as-Sufara, el cual fue el lugar de recepción de embajadores extranjeros. Al lado de la entrada, hay un entramado de habitaciones oscuras e incluso espeluznantes que servían para el almacenamiento de alimentos.
  • Mausoleo de Moulay Ismail, enfrente a Koubbat as-Sufara está el yacimiento de quien hizo a Meknes su capital en el siglo XVII. La Moulay Ismail ha sido uno de los grandes gobernadores de Marruecos. La entrada es a través de tranquilos patios que tratan de inducir a un ambiente relajado y humilde entre visitantes. El recinto es un contraste de lujo y muestra lo mejor de la artesanía marroquí. La fotografía está permitida pero aquellos no musulmanes no puede acercarse a la propia tumba.
  • Heri es-Souani, estos inmensos graneros y establos de Moulay Ismail fueron diseñados de forma muy ingeniosa. Ventanas diminutas, paredes altas y un sistema de canales de agua bajo el suelo mantienen la temperatura fresca y el aire en circulación. Este lugar ofreció alojamiento y alimento a la increíble cantidad de 12.000 caballos, y Moulay Ismail lo consideró como uno de sus mejores proyectos arquitectónicos.
  • Museo Dar Jamai, este palacio construido en 1882 por la poderas familia Jamai, dos de ellos fueron visires (ministro) del sultan Mulay el-Hassan I. Cuando este murió en 1894, la familia fue expulsada de la política y lo perdieron todo, incluido el palacio.
    Desde 1920 el palacio ha albergado la Administración des Beaux Arts y uno de los mejores museos del país. Entre los objetos que se exponen se encuentran cerámicas tradicionales, joyas, alfombras y algunos bordados y tejidos espectaculares. No hay que perderse las sillas de montar con brocados ni sus exquisitos ejemplos de bordados meknasíes. El museo también acoge una bella colección de alfombras antiguas que representan los estilos de las diferentes regiones de Marruecos.
    Los jardines y patios de estilo andalusí ofrecen rincones frescos y tranquilos entre frondosos naranjos.
  • Voulubilis, es de las más grandes y mejores conservadas ruinas romanas de Marruecos. Datan en gran parte de los siglos II y III Dc. Las excavaciones han revelado que originalmente los comerciantes cartagineses llegaron incluso antes. En su mejor momento, se estima que la ciudad albergaba hasta 20.000 personas. Al atardecer es un lugar mágico.