Taroudant
A Taroudant también se la conoce como ” la pequeña Marrakech ”, pero esa descripción no le hace justicia a la localidad que constituye el corazón comercial del Valle del Souss. Ocultos detrás de unas magníficas murallas de barro rojo, y con los picos nevados de Alto Altas de fondo, los zocos y plazas de Taroudant gozan de todo el encanto marroquí. La actividad central es el mercado, en el que los bereberes comercian con los productos de la fértil cuenca del Oued Souss.
No hay muchos monumentos para ver, pero la medina es un lugar agradable para pasear. Vale la pena deambular por los dos zocos, más relajados que los de Marrakech pero con una atmósfera que no todas las ciudades tienen. Además, es un lugar excelente para hacer trekking a por le poco explorado Alto Atlas occidental.
- Puertas, una cadena de poderosas torres defensivas construidas durante los siglos XVI y XVII dio lugar a las puertas de la ciudad. Bab el-Kasbah (o Bab Elssalsla), con su triple arco, se considera la puerta principal. Fueron y son las entradas y permiten el acceso al centro de la ciudad. En el pasado estaba custodiadas y cerradas por la noche.
- Murallas, los 7.5km de murallas de pisé que rodean Taroudant son de las mejor conservadas de Marruecos. Se construyeron en la era de Mohamed Cheikh Saadi para proteger la ciudad contra las invasiones portuguesas, así como de otras tribus rebeldes. A lo largo del día las murallas cambian de color desde un marrón dorado a un rojo intenso. Es fácil explorarlas a pie (2 horas) preferiblemente a finales de la tarde.
- Kasbah, el barrio de la Kasbah era una fortaleza construida por Mulat Ismail. Hoy es una zona residencial pobre pero segura, cuyas callejuelas serpenteantes y arcos bajos llevan a pequeñas plazas y callejones sin salida.